Memorias del Galil

Judaismo Espiritualidad Cabala

lunes, mayo 15, 2006

Pascuas Marranas

PASCUA MARRANA

Hoy es el día 16 de la luna nueva de marzo. El pastor del alba está
alto todavía, los ruidos de la noche aún son susurros, que explotarán al
amanecer. Yo, Don José Manuel de la Santa Trinidad Rojas y Mejía, contemplo
la noche que está pariendo el día de la pascua hebrea. Mi nombre no es una
casualidad, ya que arrastro los que fueron impuestos a los cristianos
nuevos, más el Rojas, que es una inversión de las letras de SAJOR (negro, en
hebreo) y Mejía que es una derivación de Mesías, pero esto es algo muy
oculto y muy privado, caso contrario la desgracia caería sobre mi y sobre mi
amada familia.

Pertenezco a los llamados "marranos" por la santa iglesia y debo hacer
todo lo posible por demostrar mi devoción cristiana. De hecho mi hermano
Fray Pedro apóstol Rojas y Mejía es sacristán y quien mas se ha sacrificado,
ya que no solo debe vivir una vida de hipocresía y negación de su fe, sino
que se ha condenado a ser un tronco sin gajos ni simiente para "honor" de su
iglesia.

Hoy deberé concurrir a misa con los míos y veré a mi hermano cuando
coloque la hostia en nuestras bocas, sabiendo que lo hacemos empujados por
las circunstancias, ya que en ello se nos va la vida.

Luego Pedro vendrá a lomo de burro hasta la finca, y juntos en la
ribera del río, golpearemos las aguas con varas de sauce, recordando a
nuestro patriarca moisés en el desierto. No se bien porque hago esto pero
hay algo muy profundo en mi que me lleva a hacerlo. Quizá fuera el respeto a
mis mayores. Pero no. Es algo que surge por mi mas que por ellos, por amor
mas que por compromiso.

Tengo una finca donde hago salado y curtido de cueros. Como es mucho
el personal que requiero, soy habitual en los remates de esclavos. Allí mi
servidor : el mulato Lucas, de quien nadie podría sospechar origen marrano
(de hecho no lo tiene), se acerca a revisar a los pobres desdichados y
cuando simula inspeccionar boca y oídos les dice en vos baja el "shemáh
Israel",(oye Israel) a lo que muchos responden atónitos y embargados por la
emoción. Estos son esclavos que compro para mi hacienda y en especial los
traídos de Portugal y Brasil responden positivamente a la contraseña.

Hoy, noche de pascua, todos esos, "esclavos" que trabajan conmigo
saben que serán liberados de compromiso alguno, pues después de relatar
sobre nuestra esclavitud en Egipto, diremos: !ahora somos libres!, aunque sé
que no lo somos aún, también "compro" grupos que los piratas venden sin
pasar por mercado alguno, y estos son los sospechosos de judaizantes que
eran llevados frente al Santo tribunal de España y los corsarios capturan en
altamar. Para poder afrontar estas "compras" me ayudan miembros de la
familia Sacerdote (Cohen) y Viel (inversión de letras de Levi), quienes
están en igual condición que yo.

Durante la semana quemamos mucha harina en los hornos para que nadie
sospeche que no comeremos pan, mi esposa "deslizó" entre tantas horneadas
unas pocas tablas de "pan flaco" que retiró sin ser vista y guardó
celosamente en el sótano de la casa, a fin de tener matzáh (pan ázimo) para
la noche.

Yo me ocupo personalmente de la "carneada" de corderos para lo cual
elijo animales sin defecto alguno, tomo cuchillos sin mella y después de
despostar, pongo la carne en agua y en sal sin olvidar "como al descuido"
salpicar los cuchillos sangrantes sobre las jambas de las puertas como
hacían mis antepasados. Quisiera acompañar esto con las bendiciones
apropiadas, pero nunca las supe. Espero mis ruegos igual sean oídos.

Ya se acerca la hora de la cena. Pedro busca en el doble fondo de la
capilla un libro muy antiguo que yo no se leer, pero mi hermano si, y a su
vez enseño a mi hijo a hacerlo. Yo mando a Lucas al aljibe, y con el
pretexto de echar cal, baja con la hamaca hasta la segunda calzadura donde
hay oculta una copa labrada, un chal de oración y pequeños solideos con la
estrella de David. También un pedazo de pergamino que halle en un viejo
arcón familiar y como creo está escrito en hebreo lo oculte hasta tanto me
lo tradujeran. Bajo al sótano. El olor fuerte de los cueros y el "charqui"
me impregna la nariz, y la tabla de salar está cubierta por un mantel de
lino blanco, la copa refulgente llena de vino y el pan de la pobreza frente
a la silla de cabecera.

Todos tenemos miedos y angustias, mi hermano Pedro está transformado,
le brillan los ojos que está llorando, mi hijo mayor con un solideo rojo me
mira con amor y temor. .

¡Ay hijo! Si pudiera protegerte del riesgo al que te expongo. Pero se
que no puedo, con lo cual me asalta la culpa. Esta se desvanece al oír
palabras que no entiendo, pero con una melodía que despierta en mi recuerdos
de experiencias que no viví.

Mi hijo se levanta y canta unas pocas frases en lengua extraña para mi
y mis invitados. Sin embargo al oírlas todos rompemos a llorar. Mi hermano,
hoy sin su crucifijo parece librado de un yugo opresor, se levanta, me cubre
con el viejo chal a franjas que ignoro a quien perteneció . pero al
envolverme en el siento una calidez extraña en todo mi ser.

D's todo poderoso, ¿porque no podemos sentir esto siempre? ¿Porque
debemos mentir diariamente sobre nuestra fe? ¿Cuantos de nosotros seguiremos
tus caminos y cuantos se alejarán para siempre de tu senda? Ojalá pudiera
ver un futuro poblado de hermanos que se manifiestan libremente como
hebreos. hijos de tu pueblo elegido.

Nos invade el silencio. Todos lloramos en esta fiesta, que debería ser
de alegría por la libertad lograda. Pido a mi hermano el sacristán que me
traduzca el viejo pergamino. Lo despliega y con dificultad lee las letras
que el tiempo borra. Pero su contenido resalta, y lee en altavoz..

Avadim ahinu be atá bnei jorim, baruj atah adonay eloheinu, sheejeianu
be kimanu be higuianu la zman hazéh.

Esclavos fuimos y ahora somos libres,
bendito seas que nos permitiste vivir para llegar y acercarnos a este
momento.


Quiera D's que en un futuro no lejano, mis hijos y los hijos de ellos
puedan vivir una pascua en libertad, tan sentida como esta "nuestra pascua
marrana"

ESTER